jueves, 23 de octubre de 2008

BODAS DE ORO



HOMILIA PARA UNAS BODAS DE ORO


Cincuenta años es una dimensión muy importante en la vida de una persona. El tiempo nos invade, nos llena, nos configura y en ocasiones nos abruma. Nuestra vida es una historia en el tiempo y en el espacio.
El tiempo pasa y nosotros con él. Aún recordáis aquellos años de juventud, cuando, con los ojos recién abiertos al mundo, os mirabais con esa profundidad del amor que en vosotros empezó prender.
Vivir juntos, por amor, comienza a ser la dimensión más importante de la vida del hombre.

Vivir juntos hasta la eternidad. Vivir juntos con luces y sombras, con sonrisas y lágrimas, con silencios y estrépito. Dicen los filósofos que el tiempo no existe, pero para vosotros el tiempo no dejó de correr, jugando con vuestras vidas. Siempre fue continuo y radiante. En los primeros años, cargado de ilusiones, y de proyectos de vida. Vivir juntos fue compartir infinidad de palabras, miles de miradas y sonrisas, millones de silencios uno junto a otro. Vivir juntos fue compartir y saborear la existencia hasta la plenitud.

En aquel correr de vuestra historia muchos días y muchas noches soñasteis un futuro lleno de ilusiones. Unos sueños fueron utopías lejanas, inalcanzables, fueron sueños de juventud. Otros sueños fueron una realidad, atados a lo cotidiano de vuestras vidas: El pasear juntos, el viajar juntos, el tomar el coche, juntos. Lo ordinario, lo de cada día, en su monotonía, lo habéis vivido juntos con una profundidad, que no se vive en la soledad.

El tiempo era vuestro tiempo. Corría al unísono y al compás de los dos. El tiempo no se podría concebir sin el otro. Por eso el tiempo es paz, armonía, calor, y luz. Sin el otro el tiempo es soledad, que mata y nos destruye..
El tiempo se desgrana en años, semanas, días, minutos y segundos.
Los días y las noches han dejado muchas huellas en vuestras vidas: Arrugas en la cara, heridas en el corazón, gozo en vuestros ojos,
plata en vuestras cabezas, y pesadez en vuestros pasos.

No obstante, el tiempo, en su paso ineludible, no ha podido con vuestras ilusiones, con vuestras esperanzas, que siguen vidas como en los años de la juventud.

Hasta aquellos minutos y segundos de felicidad compartida dejaron en vuestra alma casi un cielo anticipado de luminosidad.

Hoy hace cincuenta años que tu NN. y tú NN. abrísteis un nuevo surco en el tiempo y escribisteis una larga historia de amor.

¡Cuantos baches en el camino, cuantos sueños, cuantas alegrías quedaron colgadas en el tiempo . Aquel día Cristo se asoció a vosotros en un gesto de amor por medio del sacramento, e hizo que aquel sí, repetido pos dos veces, se hiciera sacramento y comunidad de vida y de amor para la eternidad.

A partir de aquel momento Dios estuvo en el centro de vuestro amor.
De vuestra casa hicisteis un templo y un altar en el que ofrecisteis al Señor oro, incienso y mirra.
Como buenos sembradores empezasteis a sembrar amor, sonrisas, entrega y acogida. Cincuenta años son muchos minutos y segundos para desgranar un rosario de palabras y silencios.

Juntos empezasteis esa nueva aventura, en la que hubo tiempos de juventud, y tiempos de madurez.
Los primeros años fueron un raudal de luz y de proyectos; juntos vivisteis esa nueva plenitud de la vida en dos. Ya no erais uno, sino dos. Ya no declinabais el yo, sino el nosotros. Siempre juntos comunicándoos la riqueza que llevabais dentro. En vuestra comunidad no había aristas, ni espinas, ni inquietudes. Todo era claridad, refulgencia y luz. Y así día tras días, hora tras hora, minuto tras minuto, sin cansaros, sin dudas, con ilusiones y sueños.

Pasaron los años y siempre juntos, como dos líneas paralelas, que se pierden en el horizonte azul. Siempre caminando en busca de las estrellas, de lo más alto, de lo más sublime, siempre cogidos de la mano. Muchas veces la cruz se asomó a vuestra ventana, la cogisteis en las manos, la besasteis y cargasteis con ella. El compartir el dolor y la cruz os hice más fuertes y clarividentes.

A pesar de tanto camino, y del mucho polvo que levantaron vuestros pies, seguisteis caminando sin desalentaros; aunque vuestros pasos fueran más vacilantes y vuestra frente se cubrió de arrugas, seguisteis juntos, con un amor más maduro, más profundo, menos ruidoso, más silencioso y eterno.

En vuestras vidas el pasado, el presente y el futuro se juntan en un abanico de posibilidades, de preguntas y respuestas.
Hubo tiempos fuertes y tiempos débiles. Tiempos para amar, acoger y servir; tiempos para gozar y alegrarnos; tiempos para llorar y sufrir; tiempos de paz, de bonanza y de quietud; tiempos de luz, y gracia; tiempos de esperanza y desilusión; tiempos de incomprensión, de desgana y de frialdad; tiempos de perdón y de gracia; tiempos de largos silencios y de oscuridades; tiempos para soñar, y evocar,

Si el tiempo configura nuestras vidas, el espacio le da una dimensión cósmica. El primer espacio es la casa en que nacisteis. Esa casa os recuerda vuestros primeros pasos y a vuestros padres que hoy no nos acompañan.
En el espacio respiramos los olores de la tierra mojada y el perfume de los gladiolos y de las magnolias.
En el espacio están las calles por las discurrimos, el quejido de los campanarios de nuestro pueblo; en el espacio está el paisaje, que miles de veces quedó gravado en nuestra retina. En la tierra de nuestra campiña y la altura de nuestras montañas hemos palpado, como decía Machado, la frescura de las flores, el plateado nuestros olivos y la caída del sol en las tardes grises. El espacio se llevó con nosotros jirones de nuestras vidas. Sin espacio viviríamos a la intemperie. Vuestros espacios, vuestra casa, vuestro pueblo están llenos de recuerdos. Cada cuadro, cada rincón, cada florero es para nosotros un historia de recuerdos pasados.
El tiempo y el espacio han entretejido vuestra historia. Una historia sin grandes hazañas, diría que más bien silenciosa. Pero es vuestra historia escrito con letras de oro y sangre. Escrita con el esfuerzo, el sacrificio y la entrega. En ese devenir histórico os han acompañado muchos familiares amigos que os quieren y han sido protagonistas de vuestra historia. Ellos han dejado huella en vuestras vidas

En esta aventura, la más importante de vuestra vida, fue una aventura del amor.

A partir de ese momento empezasteis a comprender desde aquellas palabras de San Juan Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él (1ª Juan 4, 17)

Comprendisteis que el amor de Dios no es ajeno al amor humano. Dios por el sacramento se hace presente en el amor entre un hombre y una mujer.
Comprendisteis que. Dios está presente en el amor humano, lo potencia, lo ennoblece, lo purifica y eleva.

El amor no es un sentimiento, sino que crece y madura en la medida que el hombre la vive día a día.
Este amor vivido en Dios se hace más radical y se engrandece.


Para Jesús de Nazaret amar es darse, entregándolo todo, sin esperar nada, en el silencio de la profundidad de nuestro ser. Así lo hizo Él en la cruz y no mandó que amemos con la misma profundidad.
Amar es compartir lo que somos, lo que seremos, y lo que tenemos.
Amar es perdonar
En el matrimonio el amor es entre tres. Cristo que misteriosamente es el lazo del amor. Y un tú y un yo, que a partir de ese momento se transforman en un nosotros; es la renuncia más grande y maravillosa, que se puede concebir en la tierra.

El hombre ha nacido para el amor. El amor es la dimensión fundamental del ser personal. Por eso el matrimonio es entrega, servicio, donación, y fuente de enriquecimiento.

El amor es lo contrario de la soledad. Vivir aislados, sin comunicación, y encerrados en nuestro egoísmo lleva al hombre a la angustia, al tedio y al insomnio.

Cerrarse al otro es vivir en la soledad, en el aislamiento más total, en el abandono.
El aislamiento provoca angustia, tedio, e insomnio.
Jesús ha venido a librar al hombre de su soledad y aislamiento para constituir una nueva fraternidad y una iglesia. La iglesia doméstica.
Jesús pedía en la última cena: "Que todos sean una sola cosa, como nosotros somos una sola cosa"(Jo.l7, 21‑22)

En este largo camino por el tiempo tirasteis al rincón del olvido el egoísmo, el orgullo, la soberbia, la vanidad etc

Comprendisteis que el matrimonio es una comunidad de vida y amor y estuvisteis siempre abiertos a la esperanza.


Para terminar quiero recordaros que la Eucaristía es el sacramento del amor. Al recibir a Cristo, quedamos unidos al Señor y a los hermanos: El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan (1ª Cor. 10, 17). Una Eucaristía que no comparte un ejercicio practico del amor es fragmentaria en si misma. Esta Eucaristía de hoy es la culminación de esa presencia de Cristo, que os ha guiado a través de estos cincuenta años.

Nuestra vida es un peregrinaje hacía Dios. Vamos marcando los pasos con la mirada puesta en Dios, que nos acompaña y guía en su infinita bondad.

Os felicito en nombre de todos.

SARKOZY Y LA LAICIDAD

LA LAICIDAD SEGÚN EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FRANCESA NICOLÁS SARKOZY.

Quiero hacer un resumen del concepto de laicidad propuesto por Sarkozy en las tres intervenciones, en que ha hablado del tema: En San Juan de Letrán, con ocasión de su visita a Rial y de la visita del Papa a Francia. El tema lo ha tratado más ampliamente en el libro suyo “La república, las religiones y la esperanza, escrito antes de ser presidente, del que hace tiempo hice un comentario en este blog. En realidad no añade nada nuevo. Solo articula en sus nuevas intervenciones su pensamiento. Es curioso que su libro no llegara a tener la repercusión social, como tuvieron las intervenciones a que he hecho referencia.. He procurado no desvirtuar su pensamiento. Por este motivo las citas son largas, con pocos comentarios, sólo orientativos por mi parte.

Definición de la laicidad:
“Ya nadie cuestiona que la laicidad es una libertad: libertad de creer, o no creer, de practicar una religión o de cambiarla por otra, de no ser afectado en su conciencia por prácticas públicas; libertad para los padres de permitir que se dé a sus hijos una educación conforme a sus creencias”.
Termina esta definición haciendo esta afirmación: “La laicidad se ha convertido en una condición de la paz civil”. Evidentemente, si no hay la libertad religiosa, una democracia queda disminuida.
Para él la religión no sólo no estorba en una sociedad democrática, sino que es un valor muy positivo, que puede hacer aportaciones muy interesantes: “Las religiones, en especial la católica, son patrimonios vivos de reflexión y pensamiento. Sería una locura privarnos de ellas”.
“Las religiones, y en particular la cristiana, con la que compartimos una larga historia, son patrimonios vivos de la reflexión y del pensamiento, no sólo sobre Dios, sino también sobre el hombre, sobre la sociedad, y también sobre esta preocupación, que hoy es central, la naturaleza. Sería una locura privarnos de las religiones, una falta contra la cultura y el pensamiento”.

Nos habla de una laicidad positiva, fundada en el diálogo, en la tolerancia mutua y en el respeto.
Este diálogo nos ofrece la posibilidad de llegar a descubrir el sentido de la vida: La laicidad positiva ofrece a nuestras conciencias la posibilidad de llegar a un intercambio, más allá de las creencias y de los ritos, sobre el sentido que queremos dar a nuestra existencia.

Aportaciones de la religión
En este momento en que nuestra sociedad de una manera global, está pasando por un derrumbamiento económico, con anterioridad a estos momentos, el Presidente francés, hace una reflexión interesante sobre la aportación que la Iglesia puede ofrecer a este capitalismo salvaje, que sólo ha buscado la rentabilidad económica, sin tener en cuenta que la persona tiene que estar en el centro de la economía:” Francia ha emprendido, junto a Europa, una reflexión sobre la moralización del capitalismo financiero.
El crecimiento económico no tiene sentido, si se convierte en su propio objetivo. Sólo una mejora de situación del mayor número personas y su realización personal constituyen sus objetivos legislativos.
Esta enseñanza que forma parte de la doctrina social de la Iglesia, está en perfecta consonancia con los desafíos de la economía contemporánea y globalizada.. Nuestro deber es escucharla”.

Mirar a nuestras raíces
.Una laicidad abierta tendría que tener en cuenta nuestra cultura, que está fundamentada en el cristianismo y en la cultura greco-romana: “La fe cristiana ha penetrado en profundidad en la sociedad francesa, su cultura, sus paisajes, su forma de vivir, su arquitectura y su literatura….Las raíces de Francia son esencialmente cristianas..
Como Benedicto XVI , considero que una nación que ignora la herencia ética, espiritual, y religiosa de su historia, comete un crimen contra la cultura, contra su misma historia, patrimonio, arte y tradiciones populares, que impregnan profundamente nuestra manera de vivir y pensar. Arrancar las raíces es perder la significación, es debilitar el crecimiento de la identidad nacional y secar aún más las relaciones sociales, que tanta necesidad tiene de símbolos de memoria”.
Termina la frase con una afirmación que a algunos puede parecer radical. El Estado laico no pierde su laicidad, si asume las raíces cristianas e incluso las revitaliza, ya que todo ello redundará en bien de la república. La ,masonería ha criticado esta postura de Sarkozy: “Asumir las raíces cristianas de Francia e incluso revalorizarlas, sin dejar de defender la laicidad que al fin ha llegado a su madurez”.

La religión ayuda al hombre a buscar el sentido de la vida.
“Europa ha experimentado muchas ideologías. Ha puesto sucesivamente sus esperanzas en la emancipación de los individuos, en la democracia, en el progreso técnico, en la mejora de las condiciones económicas y sociales, en la moral laica. Se extravió gravemente en el comunismo y en el nazismo. Ninguna de estas diferentes perspectivas-que evidentemente no pongo en el mismo plano, han estado en condiciones de satisfacer la necesidad profunda de los hombres y las mujeres de encontrar un sentido a la existencia…Las facilidades materiales cada vez mayores en los países desarrollados, el frenesí del consumo, la acumulación de bienes, subrayan cada día más la aspiración profunda de las mujeres y de los hombres a una dimensión que les supere, porque esa aspiración nunca ha estado menos satisfecha que hoy”,

Es necesario pedir perdón:
Como Presidente de la República puedo pedir perdón por los sufrimientos que ha debido sufrir la Iglesia en Francia por el laicismo beligerante y ateo, desde la revolución francesa y posteriormente con motivo de la ley de 1905:. “Conozco bien los sufrimientos que su ejecución provocó en Francia entre los católicos, entre los sacerdotes, y entre las congregaciones antes de 1905.
Sé también que la interpretación de la ley de 1905, como un texto de libertad, de tolerancia y de neutralidad, es en parte una reconstrucción del pasado. Fue sobre todo por su sacrificio en las trincheras de la gran guerra, compartiendo los sacrificios de sus conciudadanos, como los sacerdotes y religiosos de Francia desarmaron el anticlericalismo y fue su inteligencia común lo que permitió a Francia y a la Santa Sede superar sus querellas y establecer sus relaciones”.

Cree en la esperanza
Aunque él no se confiesa católico practicante, lo que más ha admirando siempre en las figuras cumbres del catolicismo francés, ha sido su esperanza: “Comparto el juicio del Papa, cuando considera en su última encíclica que la esperanza es una de las cuestiones más importantes en nuestro tiempo. Parece que el hombre tiene necesidad de una esperanza que vaya más allá .Parece evidente que sólo pueda bastarle algo infinito, algo que siempre será lo que él nunca podrá alcanzar (…), Si no podemos esperar más que lo accesible, ni más de lo que podemos aguardar de las autoridades políticas y económicas, nuestra vida se reducirá a una vida privada de esperanzas…. Un hombre que cree es un hombre que espera. Y el interés de la república es que haya muchos hombre y mujeres que esperen.”

Relación entre la ética civil y religiosa
La pastura del Presidente ha sido muy criticada por sectores ateos y agnósticos. Para estos la religión debe quedar encerrada en el ámbito de lo privado..Sarkozy distingue dos campos. Hay una moral laica, humana e independiente de la moral religiosa. El otro campo es una moral inspirada en convicciones religiosas. Ambos aspectos pueden convivir juntos: “Y además quiero decir que si incontestablemente existe una moral humana independiente de la moral religiosa, sin embargo la república tiene interés en que exista también una moral inspirada en convicciones religiosas. Primero, porque la moral laica siempre corre el riesgo de agotarse o de derivar hacia el fanatismo, cuando no va vinculada a una esperanza que llene su aspiración hacia lo infinito. Y además porque una moral desprovista de lazos con la trascendencia está mucho más expuesta a las contingencias históricas y finalmente a la fragilidad”.
Sarkozy no desarrolla esta doble relación, que ha estado en el fondo de toda la discusión. Estos valores de la ética civil son cristianos, aunque difieran en su motivación. La solidaridad está fundamentada en la dignidad de la misma persona. El concepto de fraternidad es mucho más profundo en sus motivaciones cristológicas, que, que como dice en Mateo, sí son cristianas. De una manera indirecta condena el relativismo que nos invade. Para el relativismo y positivismo jurídico todo es igual. No existen valores absolutos. El estado puede establecer democráticamente lo que quiera. Esta es la única moral. Sarkozy está en contra de esta postura. Para él además del derecho existe una moral o una ética civil en plena convergencia con la religiosa en muchos aspectos. Para él los cristianos tienen derecho en exponer públicamente lo que piensan sobre la política en un sentido amplio y exponer desde la racionalidad sus proyectos humanos en las discusiones públicas, ya que con ello se enriquece el diálogo, incluso con lo no creyentes..

Admiración del hombre religioso:
En la transmisión de los valores y en el aprendizaje entre el bien y el mal, el profesor nunca podrá sustituir al pastor o al cura, porque siempre el resaltará la radicalidad del sacrificio de su vida y el sacrificio de un compromiso transportado por la esperanza.

El político ante la religión.
Un político como yo, no puede decidir en función de consideraciones religiosas. Pero es importante que su reflexión y su conciencia estén iluminadas sobre todo por juicios que hacen referencia a normas y convicciones libres de contingencias inmediatas. Todas las inteligencias, todas las espiritualidades, que existen en nuestro país deben tomar parte en ello.

Un deseo para el futuro
Ha llegado el tiempo de que, en un mismo espíritu, las religiones y en particular la católica, que es nuestra religión mayoritaria y todas las fuerzas vivas de la nación miren juntas a los desafíos del futuro y no solo a las heridas del pasado.

Un voto para el futuro
Por eso voto por el advenimiento de una laicidad positiva, es decir, una laicidad, que, siempre velando por la libertad de pensar, de creer o no creer, no considere que las religiones son un peligro, sino que son un valor (……) Al contrario se trata de buscar el diálogo con las grandes religiones de Francia y tener como principio el facilitar las grandes corrientes espirituales.

Respuesta del Papa
.
En este momento histórico, en el que las culturas se entremezclan más entre ellas, estoy profundamente convencido de que una nueva reflexión sobre el significado auténtico y sobre la importancia de la laicidad es cada vez más necesaria. En efecto, es fundamental, por una parte, insistir entre la distinción entre ámbito político y religioso para tutelar tanto la libertad religiosa de los ciudadanos, como la responsabilidad del Estado hacia ellos; por otra parte, adquirir una más clara conciencia de las funciones institucionales de la religión para la formación de las conciencia y de la contribución que puede aportar, junto a otras instancias, para la creación de un consenso ético de fondo en la sociedad.

jueves, 9 de octubre de 2008

MATRIMONO XXIV

XXIV. EL HOGAR DE NAZARET, MODELO DE FAMILIA.

ANUNCIACIÓN DE MARIA

En el primer capítulo del evangelio de Lucas leemos:
Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a un virgen desposada, con un hombre llamado José, de la casa de David y el nombre de la doncella era María.
Nazaret era una ciudad pequeña. María era una muchacha de unos quince años. Es una joven, sencilla y humilde, a quien sus padres Joaquín y Ana habían dedicado al servicio del templo, con el voto de no contraer matrimonio. Parece ser que habían muerto sus padres y ella tuvo que dejar el templo y trasladarse a una pequeña ciudad de Nazaret, por donde circulaban las caravanas, que atravesaban el desierto.
María de acuerdo con el justo José y con la intención de vivir en virginidad, habían dado el primer paso hacia el matrimonio con los que se llamaban los desposorios, antes de contraer definitivamente matrimonio.
Por la narración de Lucas, deducimos que María estaba orando, cuando se apareció un ángel. Así la han pintado la mayor parte de los pintores en las muchas anunciaciones que conservamos..
María en hebreo significa la preferida de Dios, ya que Dios la había escogido de entre todas las mujeres de Israel para que cumpliera la gran misión de ser la madre de Dios. Por esto la dotó de todos los dones y gracias que necesitaba para esta gran misión. Un teólogo, Duns Scoto, afirmaba que Dios tiene un poder infinito y siendo María, la mujer escogida para esta tarea, necesariamente la debió adornar de las mayores virtudes.
Los pintores nos la presentan en su estancia, en actitud de oración, cuando se le aparece un ángel y le dice:
Dios te guarde, llena de gracia, el Señor está contigo.
María no quedó sorprendida de la aparición del ángel, sino de sus palabras. La aparición de los ángeles en el antiguo testamento era muy frecuente.
Si se extrañó del piropo del ángel y sobre todo de que le dijera que Dios estaba con ella y se había fijado en ella para encomendarle una gran misión.
Con este saludo el ángel le ratifica que ha encontrado la gracia ante Dios y que le ha llenado de sus gracias y dones.. La palabra griega jaris (gracia), se refiere no sólo a su belleza espiritual, sino también a su belleza física. María encierra en si misma la esencia del eterno femenino, de que nos habla Goethe. María es la mujer que está más cerca del cielo. No tiene la plenitud de Dios, pero es la mujer más perfecta de toda la historia de la humanidad. Dios, con su omnipotencia la ha plasmado para que fuera su madre, llenándola de amor, de ternura, de misericordia y compasión.. El poeta Dámaso Alonso dice de María; Yo no sé quien eres,
Pero eres como una lluvia grande de enero, que como un rubor nos besa.
Primavera surgente como el amor en junio,
Dulce sueño en el que nos bañamos,
Agua tersa que embebe con trémula avidez, la vegetal célula joven,
Matriz eterna donde el clamor palpita, madre, madre.

María no logra entender estos elogios de Gabriel.
El ángel debió ver en María rasgos de miedo, tal vez por la exaltación que estaba haciendo de ella. Sin titubeos Gabriel le describe el objeto de su misión y su misterio:
No temas, porque has hallado gracias ante Dios Vas a concebir en tu seno y dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.
La revelación que le hace el ángel del contenido de su misión es grandiosa. María es la madre de Dios. Ella le va a dar parte de su humanidad y la sangre que Jesús iba a derramar en la cruz como Salvador. En este momento se ha producido la revelación y el acontecimiento más importante de la humanidad. Dios se humaniza y se hace hombre en el vientre de una mujer. Es un misterio que sólo lo entendemos desde la fe. María va a llevar en su vientre durante nueve meses a ese Dios, transformado en cercanía por su humanidad y toda su vida va a girar en torno a Jesús. Para Él vivió y a Él acompañó en todos los pasos de su existencia, hasta en la cruz. María no se puede concebir sin Jesús, ni Jesús sin María. Tal vez en este momento María no llegaría a comprender plenamente la grandeza de su misión. Por esto nos dice Lucas que los pensamientos íntimos de María ante este anuncio tan trascendente, no los conocemos. El mensaje del ángel era claro, pero a una muchacha sencilla y humilde, le costaba entender esta misión, ya que ella se había comprometido a entregarse al servicio de Dios en la virginidad y no terminaba de entender las palabras de Gabriel.
Por esto pregunta al ángel.
¿Cómo será esto pues no conozco varón?
María había hecho voto de virginidad. Costumbre poco común en el pueblo de Israel, ya que la virginidad no estaba bien vista. Por esto en todas las jóvenes de Israel la soltería estaba mal vista o casi perseguida, ya que toda mujer esperaba las profecías mesiánicas. Ante las dudas de María el ángel le aclara plenamente el gran misterio. Es el Espíritu Santo el que obrará el gran milagro sin concurso humano y siendo virgen, María da a luz al hijo de Dios.
El ángel le responde con estas palabras:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Dios.
Con estas palabras el ángel le anuncia el acontecimiento más grande de la historia de la Humanidad. Dios se hace hombre y se viene a vivir entre los hombres. En el seno de María empieza la nueva alianza de Dios con los hombres. Se abre un nuevo camino para la humanidad. Nace en ese momento un mundo nuevo como nos dice San Sobroni: Verdaderamente bendita eres entre todas las mujeres, pues has cambiado la maldición de Eva en bendición, pues has hecho que Adán, que yacía postrado por una maldición, fuera bendecido por medio de ti,
María quedó perpleja ante estas palabras del ángel, aunque empieza a entender la gran responsabilidad que ha caído sobre ella. Con un gesto de gran humildad le respondió.
He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y se retiró de ella el ángel.
María hace de la voluntad divina el principio inspirador de su acción a través de toda la vida. No pone la menor objeción al anuncio del ángel. Su sí es rotundo, absoluto, sin repliegues. En este momento de la encarnación, Dios se hace cercanía, misericordia, y salvación.
Es admirable que Dios respete la libertad de María para llegar a ser la Madre de Dios. María no podía decir no a esa llamada de Dios. Ha sido el Si más importante de la Historia humana.
Aún resuena en los umbrales de la historia.
Esclavo es el que sirve, el que no es para sí, sino para el otro, en una actitud total de entrega. Jesús ha dicho también que el hijo del hombre ha venido a servir y ser esclavo de los hombres en su servicio.
María nos invita a que nosotros digamos si a Dios en todas las cosas.

El evangelio de Mateo (1, 19) nos habla de las zozobras de José:
José como fue justo y no quiso infamarla, resolvió repudiarla secretamente. Estando en estos pensamientos, de pronto un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir en tu casa a María, tu mujer, pues lo que se engendró en ella es del Espíritu Santo.
Van a formar una familia muy santa, la más santo de todos los tiempos. En ella va a crecer Jesús. La vida de José y María es sólo para Jesús.
El hogar de Nazaret es una casa de luz y de paz. En ella Jesús es el centro. María la madre y José el jardinero, que cuida ese vergel. Nazaret es lugar de encuentro, de diálogo, de oración, de trabajo. Este hogar es nuestro modelo y nuestro estímulo.
Un actor y director mejicano, Verastegui, convertido al catolicismo hace poco, después de haber palpado la gloria del triunfo, del poder y el dinero, nos cuenta, que Dios tocó a su corazón y quiso dejarlo todo para entregarse más completamente a Dios, ya que sintió un vacío interior que le consumía.
Como recuerdo de su infancia, nos decía este piropo a la Virgen con el que quiero terminar:
No hay palabras para describir la grandeza de la Virgen María, es mi madre, es la mujer más bella, es mi morenita, mi madrecita, mi mamita , mi todo, mi guía: mi madre.